A la hora de aprender una nueva manualidad siempre está la duda de cuales son los materiales más indicados y el caso del bordado no es una excepción. ¿Qué tipo de tela necesito? ¿Cuál es el mejor hilo para empezar? ¿Qué aguja me sirve? Son algunas de las preguntas más recurrentes entre quienes quieren iniciarse en esta actividad.
Si bien hay muchas técnicas de bordado y en diferentes grados de dificultad, para avanzar en cualquiera de ellas es necesario partir por lo esencial: Aprender las puntadas básicas y practicar. Por ello les voy a contar qué se necesita para empezar.
Lo que nos convoca: ¿Qué necesito para partir? Lo principal es tan simple como tela, hilo y aguja. El tipo de tela inicial más usada es crea de algodón, pero en esto no hay un mandato, lo importante sí es evitar telas elasticadas, satinadas o sedosas o con mucha textura como relieves o muy gruesas y rígidas, porque harían mucho más difícil el bordado, sobre todo si se está aprendiendo (La idea es que no sea una pelea entre la aguja y la tela)
Lo bueno de la crea es que la trama cede levemente al pasar la aguja, pero también puede servir un jeans delgado o cualquier tela similar a la de mantelería, sábanas o camisas.
Esto es una aproximación a las primeras puntadas, cuando ya domines la técnica puedes aventurarte con un sin fin de materiales como la tela aída para punto cruz, el osnaburgo, tela waffle -que se usa mucho para textiles de cocina-, toallas, lonetas, franelas, pañolenci, tela de monje, esterillas, arpillera o incluso papel y cartón, entre otros.
Acá también hay variedad y también depende un poco de lo que le resulte más cómodo a cada uno y el tipo de bordado para el que se va a usar. El más común es el hilo mouliné, conocido por su presentación de madejita alargada, suele ser de algodón y lo encuentras en una gran variedad de colores; su principal característica es que está formado por 6 hebras, las que muchas veces se separan de 3 o 2 para conseguir puntadas más finas ¿La clave? Nunca cortes hebras muy largas, siempre va a ser mejor enhebrar y anudar varias veces que enfrentarte a un enredo seguro.
Las marcas más conocidas son DMC y Anchor, pero también existen otras marcas y la opción de hilos chinos que, si bien, no cuentan con la misma calidad ni durabilidad en sus colores, son una buena alternativa para empezar, ya que son más económicos y la idea es practicar sin preocuparnos por la cantidad de hilo usado.
Otro hilo muy usado -y que también tiene una versión económica- es el perlé. La diferencia con el mouliné es el tipo de hebra, acá no son 6 hilos finos juntos, sino dos que están torcidos formando uno, por lo que no se suelen separar. El hilo perlé existe en diferentes grosores, que van del n°3 al n°12, del más grueso al más fino y los más buscados son el n°5, que se encuentra generalmente en madejas tipo trenzas torcidas y el n°8, que suelen estar en pequeños ovillos tipo bolitas.
Estos hilados tienen un aspecto un poco satinado y le dan más textura y volumen al bordado, se ocupan mucho en técnicas como bordado 3D y tenango (n°5) o sashiko (n°8) y hardanger (n°12).
Además de estos hilos, se puede bordar con lana partida o lana tradicional de madeja, como en el caso de tapices o bordar esterillas. También se puede usar hilo de coser o la variedad que existe de hilos metalizados, con brillos y diferentes efectos.
Las agujas de bordar se diferencian principalmente por ser un poco más cortas y con el ojal más grande que las agujas de costura o zurcir. Dependiendo de la tela y el hilo para la que se le necesite varía su grosor y si es con punta o roma. Existen agujas especiales para bordado en punto cruz o de tapicería, mientras que para bordado tradicional se suelen usar las que van entre los n°3 y 9 o 5 y 10 (la numeración determina el tamaño, siendo el número más alto la más delgada).
¿Es imprescindible? No, pero ayuda mucho. Sobre todo cuando es una tela plana, permite una mejor terminación con puntadas más parejas al estar la tela tensa y agiliza la labor.
Una vez más, hay en diferentes materiales, formas y tamaños. Los más usados son de bambú y plástico, pero también hay de madera en diferentes calidades y metal o combinaciones con silicona. Se pueden usar sólo durante el bordado o para colgar la pieza como marco.
Puedes usar uno pequeño e ir trasladándolo por un gran bordado, como un mantel, o usar uno de la medida de tu dibujo o usarlo con un soporte. Lo importante es que te resulte cómodo.
Hay diferentes accesorios que ayudan en la labor del bordado, unos más necesarios que otros, pero eso es más un tema de gustos y necesidades particulares. Dentro de los más esenciales están las tijeras o cortahilachas, que se pueden encontrar en gran variedad de diseños y colores, por lo que es muy común que se coleccionen.
También están las bobinas planas para hilos de bordar, con su respectiva caja organizadora o argolla y ovillador; la cera de abeja para mantener unidas las hebras, especialmente útil al bordar con hilos metalizados, los dedales y tiradores de aguja de silicona, enhebradores, lápices de tiza o con tinta borrable, entretela hidrosoluble, por nombrar algunos.
Además de estas herramientas, se pueden usar materiales extra en los bordados, como mostacillas, lentejuelas, perlas, canutillos, borlas, alambre francés o lo que se te ocurra que puedas coser en tu proyecto y le de un toque especial.